martes, 14 de mayo de 2013

Zoo de Ueno y un vistazo rápido a Akihabara

Hoy los meloncios se han ido al Fuji. A mí me habría gustado, pero el plan de estos era de senderismo total y yo ya me sentí morir cuando subimos por la montaña de Miyajima. Así que me he largado al zoo de Ueno. Sé que muchos pensarán que irte a otro país a ver un zoo es una tontería, pero me da igual. Me gustan los animalejos y el parque Ueno en sí es bonito. Hasta templitos y una pagoda tiene.

El zoo era genial. 600 yenes, 20% de descuento por ser turista (ya era hora de beneficiarme de algo de eso, que siempre son los demás los que sacan provecho a las cosas molonas en España). El zoo es enorme y tiene de todo. Lo que más me gusta es que incluso las zonas en las que los animales descansan, tienen pasillos por los que puedes verlas por detrás, así que ya sea por fuera o por las cristaleras de los pasillos traseros, no te quedas sin ver a los animales. Hay excepciones, pero casi todos eran así. Eso sí, se habría agradecido más espacio para los animales en algunas zonas.

Había dos animales estrella. Los pandas y el oso polar. El oso polar impresionaba, era enorme. Y los pandas adorables, los pillé en el momento en que les daban de comer y pude verlos a la perfección. Igual ocurrió con el hipopótamo. Y había bastantes animales, desde los típicos como elefantes, rinocerontes, jirafas, gorilas, cebras, leones... hasta animales que no había tenido la oportunidad de ver antes, como el Okapi. Bueno, tampoco es que hubiese visto pandas u osos polares...

Me sorprendió el gran tamaño del bicho, siempre lo imaginé más pequeño.
También había muchísima fauna autóctona de Japón, lo que hacía la visita muy interesante. Había pájaros realmente fascinantes.

Pero lo mejor fue la parte dedicada a los niños. Yo soy como una cría, nunca lo negaré. Tengo una parte infantil que nunca murió. Así que allá que me fui a la parte de críos, a una cosa que pillé de casualidad (duraba solo una hora) y que consistía en entrar por grupos y tocar animalillos de granja. Había una larga cola, así que tenías 5 minutos para toquetear. Había pollitos pequeños (a esos no se los podía tocar mucho), conejos de todos los tamaños y colores, ratoncitos enanos tipo rata de laboratorio, patos, gallos raros, y algo similar a las cobayas pero con mucho pelo (ahora no sé el nombre exacto o si son algún tipo de variante). Obviamente, me harté de acariciar conejillos, que son de mis animales favoritos.
Después de eso salías a una zona con cabras, que también se dejaban tocar. Y luego podías alimentarlas.

(Pausa para escuchar cómo se perdieron los meloncios y cómo un camión se estrelló tras ellos y corrieron para esquivarlo... si es que día que van solos, días que patean y se pierden XD. Pero luego una persona amable los acercó en coche).

Me cuentan que por el camino encontraron una tienda de escarabajos. Muy lógico todo.

Volviendo a lo mío, seguí viendo animales, puse mis sellos, rodeé una pagoda muy bonita y me compré un peluche de un murciélago. Porque soy de esas personas que piensan que son animales muy bonitos.

Al irme, me encontré a un chico que hacía malabares, bastante entretenido. Y luego me encontré con un hombre viejo, muy viejo. Pintaba retratos en quince minutos, realmente espectaculares. Me hice uno, claro. Y luego me fui a Akihabara, donde me compré una maleta y un manga medio yaoi. Oh, yeah.

El caso es que regresé al hostal y estos me están contando sus peripecias. Por lo visto caminaron unos 15 km cuesta arriba, en mitad de la nada, hasta que un hombre se apiadó y los llevó a su ciudad, en la que pudieron pillar el tren. Tres horas en coche, así han llegado a la hora que han llegado. Están muertos, tirados en el suelo. El pobre hombre que los recogió se espantó al ver que estaban en mitad de la nada y aún les quedaban 20  km para el fuji. Luego los invitó a cenar y todo. Y cuando estos sacaban fotos durante el trayecto, hasta paraba para que pudiesen enfocar. La verdad es que la gente es muy amable, más de una vez me han acompañado al sitio al que voy, aunque les suponga desviarse. Aunque otra cosa que he visto es que para ellos cualquier cosa está lejos. Le pregunté a una chica cómo llegar a un puente (no sabía si tenía que subir un bajar esa calle) y cuando me preguntó mi destino y se lo dije me comentó que eso estaba muy lejos, que habría que cruzar el puente y caminar un rato. Un rato no era más de diez minutos. Pero ya me pasó lo mismo buscando el museo de la ciencia, que al final el "está muy lejos, tienes que ir en metro" significaba "está a veinte minutos caminando".

Y nada, Akihabara solo lo he podido ver por encima (entrar al Don Quijote, que es un sitio con precios decentes y donde pude pillar la maleta) y al Animate. También a otro sitio donde dos plantas estaban dedicadas a mangas tipo shonen-ai (vamos, amor entre hombres). Y vi unas láminas de la saga Tales que me enamoraron. Pero costaban un pastón, así que nada.

Y esto es todo, señores. Una buena ducha, relax y a dormir. Mañana a ver qué programamos ^^


2 comentarios:

  1. Coordenadas del GPS de la tienda de escarabajos quiero xd

    Yo tengo un peluche (realista) de un pulpo <3

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  2. Yo me he comprado uno no realista de un pulpo rojo, de esos de las tiendas de takoyaki. No me pude resistir XD

    Coordenadas te daría, pero dado que se perdieron... XD

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